Me gusta escribir y hablar de lo que conozco de primera mano, y hoy he elegido la playa de la Barrosa, por ser única y especial para mi.
Es la playa de Chiclana, mi pueblo, que aunque ya sea prácticamente una ciudad aún conserva ese punto extraordinario de sencillez que tienen los pueblos de la costa gaditana. Es una playa que posee la bandera azul desde hace muchisimos años, por sus arenas blancas, su limpieza y su acondicionamiento.
Para todos los visitantes, advierto que no será nada raro que los chiclaneros os indiquen las zonas de la playa por pistas. La Barrosa se divide en tres pistas:
La primera pista: Va desde el comienzo de la playa, en la Laja Bermeja, donde está el paseo maritimo, hasta donde se encuentra el puesto de la Cruz Roja.
La segunda pista: Desde el puesto de la Cruz Roja hasta más o menos donde termina el Complejo Atlántico.
La tercera pista: Desde la zona del Complejo Atlántico hasta donde empiezan los hoteles, es decir donde empieza el Novo Sancti Petri.
El Novo Sancti Petri es una zona más de la Barrosa, donde se encuentran todos los hoteles de grandes cadenas, centro comercial, restaurantes, campos de golf, construida en una zona en la que antiguamente solo había pinares y la zona más virgen de esta playa.
Lejos queda ya aquella Barrosa donde prácticamente solo había chiclaneros, con sus casetas de madera. Con el doble de espacio de arena en la playa, donde todos los niños bajabamos al atardecer con nuestros cubitos de plástico para comprar parpujitas al barco pesquero que entraba en la misma playa a venderlas.
Es una playa especial, acogedora para el turismo en verano y un remanso de paz para los chiclaneros en invierno. Es el rincón de las musas del poeta al atardecer, donde sentarte a leer, a respirar el mar, a divisar a lo lejos el Castillo de Hercules en Sancti Petri que le da ese toque de misterio.
Es un lugar para no perdérselo.
